martes, 13 de noviembre de 2012

En el Fin




En el fin del mundo.
No me importaría estar solo. 
Solo me acogió el mundo y verdaderamente solo lo dejaré. 
No me importaría descansar un momento antes del final.
No sabría si sentiría miedo o no.
Si lo sintiera es porque estoy vivo. 
Si no, es porque quizás ya no lo estaría.
No me mal entiendas con frialdad.
Al contrario con calidez pensaría en todos.
Las risas orquestadas de mis amigos. 
Las preocupaciones de mis padres.
* Siempre ocupados antes de ocuparse.
Los amores que realice, no realice, extrañare y no extrañare.
Las cuentas bancarias abandonadas.
Llenas o vacías de dinero.
Dinero común pues hay en todos lados.
Pensar cuantos sueños deje por algo tan común.
Ni resentido, ni contento, pero tranquilo lo gozaré en paz.
No una paz divina ni transcendente.
Una paz de primavera en el otoño. 
Una paz amable que llega inadvertida.
Pues en el fin del mundo, al mundo no le importa.
No la mal entiendan.
Quizás yo prometería cosas que quisiera hacer y no podría.
Quizás simplemente en paz extrañaría. 





* ocupados antes de ocuparse, frase de mi amigo Ami (El niño de las estrellas)

viernes, 9 de noviembre de 2012

Hacer el Amor


Era en las calmadas aguas del este.
Allá lejos en el horizonte donde las lágrimas del cielo se forman.
Donde calla el alma y otorga ser instrumento de la divinidad.
Dulce encuentro es el que tienen las almas en el infinito.
Aquel sitio donde se extinguen las fronteras Me deje quemar ante un beso húmedo de un día fresco.
Un beso que no se limitó a los placeres de los labios.
Un beso que atravesó las fronteras y se aventuró explorar lugares irreconocidos.
Busque tu rostro suave como pinceladas de agua acuarelada.
Lo acaricie con besos como lo hacen los perros.
Con respiraciones largas y pronunciadas para no olvidar tú aroma. 
Buscando tu cuello, donde se concentra el olor cálido de tu perfume.
Tan celosamente guardado y yo un pobre mortal bendecido por oír tus canciones. 
Canciones que se crean en confidencia entre dos amantes.
Pues de seguro que en los placeres del amor puro desaparece la cama. 
Muy vulgar para sostener el amor de dos y así esta se convierte en otra cosa.
Mariposas del alma que se concentran en los más elevados instintos del ser. 
Es cuando tímidamente mis manos buscan desnudarte. 
Descubrirte ante mí, celoso enfermo afiebrado de tus ropas. 
Es necesario arrancarlas, quemarlas si es preciso con el fuego divino que quema cenizas.
Aquel fuego que quema nuestros corazones y se une amadamente con el sexo. 
Sueltas palabras en mi oído las cuales traspasan mi cabeza.
No encontrando reposo estas penetran en mi alma. 
Sublime palacio el cual guardo celoso para ti.
Suelto palabras que son afinadas en las lejanas tierras del sentimiento.
Me dejas abajo en una vuelta del destino. 
En un combate en que reina las reglas del corazón.
Gustoso permito que trepes mi cuerpo, alpinista de la madrugada. 
Las brisas cautelosas rozan tus cabellos húmedos, entrando atrevidas por la ventana. 
Supongo que son bienvenidas a la magia. 
Posas tus manos en mis pechos y con movimientos que solo pueden ser dirigidos por el placer comienza un va y ven de caderas.
Podría jurar por dios que las olas no se comparan con tan cuidados movimientos.
Una sonrisa picara y dos miradas de dos amantes. 
Esa mirada de dos músicos que con miradas se dan la pauta para celebrar un concierto exitoso.
Concierto medido en respiraciones, gemidos que salen de lo más hondo del pecho hacia los labios de los amantes.
Gemidos que una vez soltados afuera, entran en el mundo material.
El tiempo desaparece pues es muy burdo para participar en esta magia.
Y así antes de culminar el acto divino, se ha decidido no terminarlo.
No terminarlo porque sería un fin.
No terminarlo porque bajaríamos de la nube al país de los mortales.
Es necesario que sea eterno, infinito e incorruptible.
Pues siendo este un acto eterno es bendecido por el universo.
Nos agarramos de las manos y juntos frente con frente se escapa un escurrido suspiro.
Descanso pues el viaje hasta encontrarte ha sido largo.
Descanso pues es ahora cuando empiezo a hacer el amor. 

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Un beso en visperas




Bajo la mirada de incontables estrellas.
Tintineantes en los oscuros cielos.
Eternas voceras de los marineros.
Infraganti me agarro a mis espaldas.
En víspera de navidad y en las envestiduras de un árbol.
Fue un beso cálido como el chocolate.
Que tomando como preámbulo a las estrellas.
Se posó deliberadamente en mis labios.
Beso asesino furtivo del aliento.
Beso asesino furtivo de la respiración.
Que no le queda más al corazón que rendirse.
Que no le queda más que dar gracias y pedir disculpas.
Escapando por las sombras de la noche.
Pidiéndole a la razón que se rinda.
Deponga sus armas y alce las copas.
Corazón que no le queda más remedio que morir en un aliento.
Morir en un latido.
En un solo beso de vísperas me robas todo.
Tan incauto yo, que los ángeles no perdonan.
No hay protección para este indigente esta noche.
Cierro mis ojos y ante este árbol que es ciego testigo.
Mudo y sordo testigo.
De la magia, el encantamiento, el sonido y el olor.
Me rindo ante este beso amor.
No porque es el mejor.
Si no por único.
Único como las huellas de tus suaves mano.
Único como la hullas que dejas en mis labios.
No envidio la eternidad de la nada.
A tu lado dulce diciembre no envidio nada.

En la noche y en el día





Fue la luna que espesa flotaba en la noche manchada de nubes.
Sin armadura me hallaba en aquellas tierras en que reina el destino y eres presa de la casualidad.
Sencilla presa que una vez tomada jamás será soltada.
Sin armadura y con voluntad me encontraba entre las sombras de una fiesta.
Fiesta de máscaras sin mascaras donde la juventud reinaba entre aquellos mortales.
No es un relato de magia, es uno de realidad envuelta en letras de añorado romanticismo.
Bandida realidad que te robas mis mejores sueños.
Desbaratas mis más elaborados castillos.
Castillos y sueños de Octubre que nacen y no mueren.
Cómplice es el corazón que desbocado se lanza en aventuras.  
Sin armadura te encontré una noche de celebración.
Conversamos tu y yo sin mascara, de la vida, sus aventuras y desaventuras.
Cuando el hombre y la mujer fueron joven.
Cuando el hombre y la mujer es adulta.
De seguro se celebraba la unión.
La antigua alquimia de dos almas.
La unión de dos imanes positivo con negativo.
Que ataviados salen al encuentro el uno con el otro.
Que al separarlo quedara la eterna melancolía de una totalidad perdida.
Se prometía mucho en los reinos del corazón.
Pero estos se convirtieron en peñascos al cambiar la luna con el sol.
Bendita luna y bendito sol.
Por qué debes de llegar sol y recordarme la noche?.
Cambiante fue ella pues se escondió en la cara oculta de la luna.
Aprendí que lo que se promete en las noches muchas veces se pierde en la luz del día.
Se borra como las imágenes en las nubes.
Se convierten en castillos en el mar.
No supe más de ella, cogí mis despojos, me envestí de mi armadura y agarre mi espada.
Aun me esperan encuentros en tierras desconocidas, extrañas en la noche y distintas en el día.
Pues como la luna, ofrece viaje al interior tan cambiante como la locura.
Espérame en el castillo que entre las sombras iré por ti amor.